Se está acostumbrando el Barça a ofrecer su mejor versión
en los momentos en los que parece tenerlo todo perdido. Tras un buen arranque
de encuentro, el Barça necesitó remontar dos goles en contra en el Pizjuán para
llevarse la sexta victoria consecutiva, otra vez vez gracias a goles marcados
en los últimos minutos. El 2 a 3 final permite al Barça encarar el Clásico en
una posición privilegiada.
Los primeros 20 minutos del Barça fueron muy buenos. Los
de Tito ofrecieron su mejor versión. Una rápida circulación de balón, llegando
con facilidad al área rival y crenado buenas ocasiones de gol, ya que Xavi y
Cesc eran capaces de encontrar por los
pasillos interiores a Leo y Pedro, a los que solo les faltó acertar de cara a
puerta.
Pero con la pelota en los pies el Sevilla se encontraba
cómodo. Con tranquilidad, superaban la fuerte presión culé y se acercaban con
cierta facilidad a los alrededores del área culé. Sin embargo, fue en una mala
entrega de Song en el inicio de la jugada, la que permitió al Sevilla
adelantarse en el marcador.
Para que así fuera, se tuvieron que dar una serie de
errores en cadena. Después de Song quien se equivocó fue Mascherano, que no
estuvo nada acertado a despejar un centro de Medel desde la derecha. Después, Alves permitió a Trochowski chutar sin oposición dentro del área. Aún y con
eso, el chute no fue muy fuerte, pero Valdés no estuvo nada afortunado al
intentar despejar el balón y vio como se colaba dentro de la portería.
Ese golpe desconcentró al Barça, que perdió el orden y la
presión. Esa forma de jugar es la que
permite al Barça defender y atacar con sentido. Los sevillistas olieron sangre
y adelantaron la presión. Por fortuna para los culés, en los últimos metros los
locales no estuvieron acertados, en especial en el último pase e impedía
aprovechar los múltiples desmarques de Negredo.
Tras la reanudación, en el minuto 3 sí que encontraron al
delantero y el Sevilla ponía el 2 a 0 en el marcador. Una malísima entrega de
Busquets en el centro del campo pillo a Song mal posicionado, que perdió la
pugna por un balón al espacio con Negredo, que con su velocidad característica
se plantó solo delante de Valdés y con una magistral maniobra lo batía.
Quedaban 40 minutos por delante y el Barça debía hacer otra remontada. Contra
lo que había hecho en anteriores ocasiones, Tito tardó en poner la defensa de
3. Quizá porque el primer gol de los suyos no tardó en llegar. Fue Cesc, que en
un disparo desde la frontal con la zurza batía a Palop y daba aire a un equipo que
desde el primer gol parecía grogui.
De repente se volvió a ver el Barça del inicio del partido.
La pelota como eje central de todo el juego pero con algo más de verticalidad en las acciones.
Ayudó a eso la entrada de Tello, que sustituyó a un tímido y desacertado
Alexis, que no creó nada de peligro desde la banda izquierda del ataque.
No es que Tello estuviese más acertado, pero su simple atrevimiento
a la hora de atacar a su lateral, mereció mayor atención por parte de la
defensa sevillista y dejaba más espacios para que Leo pudiese moverse por el
centro. Con todo, lo que cambio de verdad el partido fue una absurda acción de
Medel y una decisión exagerada del árbitro, poco acorde con su libro de estilo,
que alguien debería decirle que aplicándolo en los terrenos de juego ayuda poco
al fútbol.
El árbitro entendió que el intento de medio cabezazo de Medel
merecía expulsión y dejó a los locales con uno menos cuando quedaban poco menos
de 20 minutos para el final. El Barça apretó al máximo. Primero entró Thiago
por Busquets y luego Alves dejó su sitio a Villa. Con defensa de 3, el Barça
solo era parado en la frontal del área con faltas continuas. A punto estuvo Leo
de marcar una, pero Palop hizo una de las paradas más estéticas que se
recuerdan.
Pero la insistencia del Barça tuvo su recompensa. Un robo de
balón de Thiago, que por aquel entonces ya iba cojo aquejado de unas molestias
en la rodilla, terminó en un pase de Leo a Cesc que de puntera definió
espléndidamente. Era el minuto 88 y el Barça no dio por bueno el empate.
Continuó empujando y en el minuto 93, otro pase de Leo terminó en gol. Esta vez
fue Villa quien aprovechó la visión del argentino y marcó su tercer gol de la
temporada.
Ya no hubo tiempo para más y el Barça escenificaba una nueva
remontada en lo que va de curso. De nuevo sin ofrecer una regularidad en su
juego durante los 90 minutos, pero sí que a ratos se pudo ver a un Barça
brillante y con muchos recursos para hacer daño al rival. Todo esto con un
portero lejos de su mejor nivel y con una defensa cogida con alfileres, lo que
da más mérito al pleno liguero conseguido.
No sabéis cuánto estamos sufriendo!!!
The Digital Garden.
Daniel Arias.