Johan Cruyff ya no podrá volver a ayudarnos como cuando lo hizo en el 73, en el 88, en el 2003 y en el 2008. No , no podrá porque ha muerto. Aquellos cigarrillos que aparcó hace 25 años le han acabado por pasar factura. Tristemente, no ha vivido lo suficiente para que sus seguidores, los cruyfistas, consigamos convencer a la mitad del barcelonismo y así permitirle gozar del unánime respeto que le procesa el resto del mundo futbolísitico.
Porque solo esa mitad del barcelonismo cuando habla de Johan lo hace para poner al mismo nivel, en el mismo plano, lo "bueno y lo malo". Como si fichar a Escaich, confiar en Angoy o darle una oportunidad a su hijo estuviera a la misma altura que cambiar el club de arriba abajo y ser considerado por lo que hizo en nuestro club( y también como jugador) la persona más influyente en la historia del fútbol. Pero fichó a Korneiev, nos recordarán.
De nada he hablado más en mi vida que de Johan. Se de Johan antes que de Bamby. Soy del 80 y crecí en bares de la Prosperidad de Barcelona escuchando a mi padre y mis tíos hablar de fútbol. Y claro, cuando se habla de fútbol es imposible no hacerlo de Johan. Porque Johan es la persona que más ha influido en un deporte de la historia. Nadie ha tenido tanta importancia en la concepción del juego como él. Tanto como jugador como de entrenador. Pero fichó a Jose Marí, remarcarán.
Resulta muy cansado, mucho, tener que estar escuchando siempre la misma canción. Que si tan bueno era, porque no siguió después que lo echase Núñez. Que él no inventó nada, que el Barça ya jugó como con él antes de su llegada, que si es solo un "granet de sorra més", que ya éramos grandes antes de él, que si era un pesetero, que si sus dos últimos años, etc, etc, etc. Es muy cansado, porque cuando se discuten tonterías, el tonto siempre tiene ventaja, está en su terreno.
Y es que son tonterías estos argumentos. Estos días, donde me ha costado encontrar la palabra justa, la mitad del barcelonismo justificaba que cuando se habla de alguien se ha de hacer para lo bueno y malo y que eso no menosprecia la parte positiva. Esto supone que lo bueno ha tenido la misma trascendencia que lo malo. Johan no solo ganó 4 Ligas y dejó de ganar otras 4. Johan no ganó solo una Copa de Europa y perdió otra. Johan construyó un edificio en el que cuando van mal dadas nos metemos en él y salimos como nuevos dispuestos a comernos el mundo.
Ese edificio que construyó es dónde vivimos hoy en día y nos permite ser la envidia del mundo. Nos permite ser diferentes a la resta de equipos. Nos permite disfrutar de algo que ninguna otra institución ha hecho nunca. Ganar a partir de una idea, de un modelo. Y esa idea la trajo él, nos enseño a creer en ella, nos convenció que era el camino. Le hicimos caso y aquí estamos, viviendo los días más felices de nuestra vida. Pero no la inventó él, te machacan unos cuantos.
Basta hacer una búsqueda en internet para ver como se veía a Johan desde esa mitad. Ya no es que se contrapusiera lo bueno y lo malo, no. Es que era la maldad personificada. Y no eran 4 locos en twitter. No, eran,son, líneas editoriales enteras emitiendo una imagen de maldad que calaba y que daba como resultado que en tertulias con amigos, tuviéramos que contraponer su legado a cosas como lo de su yerno o su hijo.
Ha tenido que morir Johan para que esa mitad del barcelonismo se diese cuenta del lugar en el que estaban. El lugar en el que estarían historiadores de arte que a la hora de hablar de Leonardo lo hicieran con la misma fuerza de sus cuadros mal pintados que de sus obras de arte. Esto es, en la más absoluta soledad intelectual. Porque ahí es donde están los que aún no han entendido lo que significa Johan para el Barça y para el fútbol.
Por suerte, los cruyfistas somos muchos. Por suerte Guardiola es su mayor legado y a él, más tarde más temprano, podremos acudir los culés. Pero sobretodo, el cruyfismo nunca morirá mientras los que lo somos lo recordemos todos los días de nuestras vidas cuando hablemos de fútbol. Porque el fútbol se ve con los ojos de Johan. Y él no dejaba de mirarnos a nosotros. Al Barça.
Gracias Johan, Gracias.
Está vez sí, más que nunca, NO SABES CUÁNTO TE QUEREMOS!!!
porque nunca te irás de nuestros corazones.
Daniel Arias.